Vender una vivienda de segunda mano puede parecer medianamente fácil, pero ojo, porque implica responsabilidades que no se pueden pasar por alto.
Una vez que te embarcas en esta aventura, las «obligaciones del vendedor en una vivienda de segunda mano» empiezan a tomar un papel protagonista. Y es que, si piensas que basta con entregar las llaves y listo, estás bastante lejos de la realidad.
Aquí tienes una guía completa para que no se te escape nada.
Documentación necesaria que el vendedor debe presentar
No es solo cuestión de poner un cartel de «Se vende». El papeleo es el pan de cada día en el proceso de venta y, como vendedor, es vital que tengas todos los documentos en regla. Vamos por partes:
Escritura de propiedad
Este es el documento estrella que prueba que, efectivamente, la vivienda es tuya y tienes derecho a venderla. Sin él, ni hablamos. Deberás presentar una copia autorizada que esté registrada en el Registro de la Propiedad, así que prepárate para sacar ese viejo documento de la gaveta. En fin, si no lo tienes a mano, acércate al registro y pide una copia.
Aportar la nota simple
Si alguna vez te has preguntado «¿por qué tanto papeleo?», la nota simple es una razón. Este documento acredita los datos básicos de la vivienda: su descripción, la titularidad y si hay cargas pendientes. Es importante que la nota simple esté actualizada, ya que el comprador querrá saber si la vivienda tiene alguna hipoteca o deuda asociada.
Último recibo del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI)
El IBI es el impuesto municipal sobre la propiedad y, como vendedor, es tu deber estar al corriente de pago. Para demostrarlo, tendrás que presentar el último recibo de este impuesto. Además, este impuesto es clave porque si tienes deudas acumuladas, el comprador podría heredar ese marrón.
Cédula de habitabilidad
Este documento certifica que la vivienda cumple con las condiciones mínimas para ser habitada. Es obligatorio en algunas comunidades autónomas y puede tener una validez de varios años. Sin la cédula, es muy probable que la transacción quede en el aire.
Certificado de eficiencia energética
El famoso certificado de eficiencia energética, ese que muchos pasan por alto pero es obligatorio desde 2013 en cualquier operación de compraventa. Este certificado informa sobre el consumo energético de la vivienda y su impacto medioambiental. Cuanto antes lo tengas, mejor.
Obligaciones relacionadas con el estado de la propiedad
Más allá de los papeles, la vivienda debe estar en condiciones decentes. No hablamos de que esté perfecta, pero sí en buen estado. Vamos a ver qué significa esto en la práctica.
Asumir reparaciones de los defectos de la vivienda
Aquí viene una de las cuestiones que más dolores de cabeza suele dar a los vendedores. ¿Debo declarar todos los defectos de la vivienda? La respuesta corta es sí. La larga, depende. Como vendedor, estás obligado a asumir las reparaciones de aquellos defectos que sean visibles o que afecten gravemente a la habitabilidad. Si ocultas problemas importantes, el comprador podría reclamar después de la venta.
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Conservar la vivienda hasta el día de la entrega
Parece lógico, pero conviene recordarlo: la vivienda debe estar en el mismo estado en que fue visitada. Si, por ejemplo, ocurre algún percance antes de la entrega (una tubería rota, daños en las paredes), es tu responsabilidad repararlo. Esto evita sorpresas desagradables para el comprador y te ahorra posibles conflictos.
Últimos recibos de suministros e impuestos
Además del IBI, es recomendable que tengas al día los recibos de agua, luz, gas y otros suministros. Así, el comprador tendrá una idea clara de los gastos pendientes y no habrá problemas de facturas «fantasma». Nadie quiere encontrarse con una deuda oculta en los servicios básicos.
Otras consideraciones importantes
Ya estamos en la recta final, pero no podemos olvidarnos de estos detalles adicionales que, aunque parezcan menores, pueden complicarte la venta.
Entregar las llaves del inmueble
Puede sonar obvio, pero asegúrate de que todas las llaves estén en perfecto estado y que el comprador reciba cada una de ellas. Y no está de más hacer un repaso conjunto de las instalaciones para verificar que todo esté en su sitio.
Verificar la capacidad financiera del comprador
Si bien es algo más propio del comprador, no es mala idea asegurarte de que tiene solvencia. Esto te evita perder el tiempo con promesas vacías. En este aspecto, contar con la ayuda de un profesional inmobiliario puede marcar la diferencia.
Preguntas frecuentes
¿Qué pasa si el vendedor de una casa se arrepiente en la venta?
Ocurre más de lo que se piensa, y la respuesta no es tan sencilla. Si ya has firmado el contrato de arras o de compraventa, el arrepentimiento puede salirte caro. En el caso de las arras, normalmente deberás devolver el doble de lo pagado por el comprador. Así que, antes de decir “sí, vendo”, asegúrate de estar convencido al 100%.
¿Qué pasa si el comprador encuentra defectos en la vivienda después de la venta?
Si el comprador descubre defectos importantes tras la compra, podría exigir una compensación o incluso anular la venta. La ley protege al comprador en casos de defectos ocultos, siempre y cuando no fueran visibles o fueran intencionalmente ocultados por el vendedor. Es decir, si el problema es evidente o el comprador ya estaba informado, no debería haber mayores problemas.
¿Debo declarar todos los defectos de la vivienda?
Es una pregunta incómoda, pero la honestidad es la mejor política aquí. Si la vivienda tiene desperfectos importantes, es tu deber declararlos. En el caso contrario, podrías enfrentarte a problemas legales y, en última instancia, a un mal trago con el comprador.